En diciembre de 2019, Lionel Messi hizo historia al ganar su sexto Balón de Oro, consolidándose como el jugador más laureado del galardón más prestigioso del fútbol individual. Esta hazaña no solo reafirmó su estatus como leyenda del deporte, sino que también llenó de orgullo a los millones de seguidores del FC Barcelona que lo vieron brillar durante más de una década. Ese momento glorioso hizo que muchos hinchas volvieran a desempolvar su camiseta retro barça, símbolo de una era irrepetible que llevó al club catalán a lo más alto del fútbol mundial.
Ese año, aunque el Barça no logró ganar la Champions League, Messi tuvo una temporada individual excepcional. Fue el máximo goleador de La Liga con 36 goles, ganó la Bota de Oro por sexta vez y repartió asistencias clave a lo largo del curso. Su capacidad para desequilibrar partidos, su visión de juego y sus goles de otro planeta lo convirtieron en el indiscutible mejor jugador del mundo una vez más.
El premio fue entregado en París, en una ceremonia donde Messi se mostró emotivo al recordar su trayectoria y agradecer al club y a su familia. Fue también un momento en que los aficionados del Barça sintieron que el mundo reconocía lo que ellos ya sabían desde hacía tiempo: que estaban presenciando al mejor jugador de todos los tiempos con su camiseta puesta.
El Balón de Oro 2019 fue especial por muchas razones. Fue una confirmación de que, incluso superados los 30 años, Messi seguía rindiendo al máximo nivel. Su influencia en el juego del Barcelona era total: asistía, anotaba, creaba y lideraba cada movimiento ofensivo del equipo. Además, el premio sirvió para consolidar su legado como el jugador más laureado de la historia del galardón, por encima de rivales históricos como Cristiano Ronaldo.
Ese logro individual también reflejaba la grandeza del Barcelona como institución. Un club que, durante los años de Messi, se convirtió en referencia mundial gracias a un modelo de juego reconocible, una cantera prolífica y una filosofía ofensiva inquebrantable. Messi fue el estandarte de todo eso, y su sexto Balón de Oro se sintió como un premio compartido con toda la afición culé.
Para quienes han vivido la era Messi, cada premio, cada gol y cada partido forman parte de una historia que no se repetirá. Muchos siguen reviviendo esos momentos con nostalgia, vistiendo su camiseta futbol baratas y compartiendo anécdotas de las veces que vieron al 10 hacer magia en el Camp Nou.