Gracias a Dios que no sufrieron muchos daños porque para como quedó la escuela era para que muchos niños estuvieran afectados. Cuando Katerin Marrero logró salir de la tienda Harris Brothers, luego de que se estremeciera el piso, los cristales temblaran y recibiera una llamada diciendo que el hotel ubicado en la esquina de su casa había explotado, pensó que había perdido a su hijo.