La única actividad se centraba en los burdeles: en esa época se reguló la prostitución, actividad que solo se podía ejercer de los doce a los veinte años, y bajo un férreo control por parte de las autoridades; las prostitutas debían vestir de blanco y con un cinturón azul cuando salían a la calle y, en Semana Santa, eran confinadas en conventos. El partido arrancó con una presión asfixiante del Red Bull, que quiso dejar claro que ellos no eran los diletantes del Inter de Miami.