Dúchate con la camiseta puesta. De ahora en más, la camiseta solo deberá secarse al aire libre. Extiéndela y si quieres, ponle pesas en los bordes para que tengas la seguridad de que se quede en esa talla, justo como la querías. Para que se quede en esa talla, no la seques en la secadora. Quizá tengas que estirarla nuevamente en otra oportunidad, pero no la pongas en la secadora si quieres que siga estando larga.