Se dice que este tic o gesto era una forma de saludar a sus hijos desde los partidos. La investigación de los hechos se inició a principios del mes de junio, cuando varios aficionados pusieron en conocimiento de la Policía Nacional que podrían haber sido estafados por una persona que les había vendido supuestos paquetes de viaje por valor de 650 euros por persona, para desplazarse a Budapest y disfrutar de la gran final.