Iniciada bajo un formato de eliminación directa, en 1992 el torneo fue reestructurado incorporando por primera vez el formato de competición de liga o fase de grupos como paso previo a la fase eliminatoria. Por ello fue rebautizado con su vigente denominación en la edición 1992-93, consolidando dicho formato. El ganador de esta competición disputa la Supercopa de Europa contra el campeón de la Liga Europa -la segunda competición continental-, y como representante de la confederación, el Mundial de Clubes de la FIFA.